sábado, 13 de junio de 2009

Dakota

Hace dos años, al llegar la Navidad, mi prima me llevó a una tienda de mascotas.

En la tienda había una pecera muy grande, llena de tortugas. Había tortugas de todos los tamaños y colores que te puedas imaginar. La dependienta sacó de la pecera un bultito minúsculo y nos lo dió. El bultito era una mini-tortuga de pocos días, que asomaba la cabeza tímidamente por una rendija del caparazón. Era preciosa.

La llamé Dakota.

Dakota vivía como una reina. Le compramos su propia pecera, con palmera incluída. Todos los días, yo le daba unos camarones especiales de primera calidad.

Además le bañaba todos los días en el fregadero de la cocina.

Aún así, Dakota era una inconformista. Se escapaba de su pecera en cuanto podía, no comía casi camarones, prefería mordisquearme el dedo, y no le gustaba nada bañarse, se revolvía y me mordía más.

Pero a pesar de nuestras diferencias, Dakota y yo llegamos a hacernos grandes amigas.

Un día, al volver del colegio, cogí a Dakota y me la llevé al fregadero. Allí le dí su baño habitual, pero por una serie de malos entendidos, la lavé con fairy.

Aquella tarde noté a Dakota un poco más apagada. Por la noche ni se movía. Mi padre, tras examinarla detenidamente, me dijo que Dakota había muerto.

Lloré bastante, y no volví a comer pescado en un mes.

Aún me sigo acordando de mi tortuga. Espero que durante el poquito tiempo que vivió conmigo, fuera feliz.

Ahora he decidido adoptar un mono. Se llama Cucumber y come plátanos. Dadle uno de vez en cuando, porque con lo despistada que soy, siempre se me olvida. No es tan especial como Dakota, pero supongo que después de un tiempo nos iremos conociendo...

sábado, 2 de mayo de 2009

Diseñadora personal

Tengo una amiga, una buena amiga, a la que he visitado esta tarde y le he pedido auxilio por el futuro de mi blog, dado que nadie me comenta ni yo actualizo. Necesitaba un estímulo, algo con lo que atraer a la gente y yo seguir escribiendo.

Así que ella me ha ayudado y me ha hecho este precioso header con el que voy a atraer a mucha clientela. Ya podéis ir comentando, que sino... (puntos suspensivos)

Agradezco mi nuevo diseño encarecidamente a Natalia
Besos (si comentáis)

miércoles, 18 de marzo de 2009

El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado (...)

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra (...)

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte,
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura (....)

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.

Le veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
ó declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo (....)

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

Miguel Hernández

martes, 20 de enero de 2009

Desde mi cielo


"Dentro de la bola de nieve del escritorio de mi padre había un pingüino con una bufanda a rayas rojas y blancas. Cuando yo era pequeña, mi padre me sentaba en sus rodillas y cogía la bola de nieve. La ponía al revés, dejaba que la nieve se amontonara en la parte superior y le daba la vuelta. Los dos contemplábamos cómo caía la nieve poco a poco alrededor del pingüino. El pingüino estaba solo allí dentro, pensaba yo, y eso me preocupaba. Cuando se lo comenté a mi padre, dijo: <<No te preocupes, Susie; tiene una vida agradable. Está atrapado en un mundo perfecto >>"

viernes, 16 de enero de 2009

Zapatillas de ballet


Yo tenía unas zapatillas de ballet.
Pequeñas y blandas. Eran fantásticas.
Con ellas podía dar saltos enormes. Volaba.
Además de a la clase de baile, las llevaba conmigo a todas partes.
Un día, mis compañeras pasaron a llevar puntas.
Desde aquel día empecé a olvidarme de mis zapatillas de ballet.
En cada clase, intentaba bailar lo mejor que podía para que la profesora decidiera pasarme al nivel de puntas junto a mis compañeras.
Pero los meses pasaban, y yo seguía acudiendo a cada clase con mis zapatillas pequeñas y blandas. Ahora eran horribles. Estaban sucias y viejas, no se parecían ni por asomo a unas puntas decentes.
Todas mis compañeras pasaron a un nivel superior. Y yo me quedé en la clase de siempre, con los zapatos de siempre, y con niñas de bastantes años menos que, casualmente, usaban las mismas zapatillas.
El curso terminó, y no volví a ballet nunca más.
El otro día encontré en el fondo del armario mis zapatillas de siempre.
Y me dí cuenta de que no estaban feas, ni viejas. Eran perfectas.
Pero hacía cinco años yo las desprecié porque quería algo mejor. Y llegué a verlas sucias y horribles.
Me las puse. Me quedaban pequeñas. Pero me dió igual. Me puse a bailar por toda la casa con mis zapatillas de ballet, pequeñas y blandas. Recuperando todos aquellos años perdidos.
Eran perfectas.

viernes, 9 de enero de 2009

miércoles, 24 de diciembre de 2008

¡Feliz Navidad!

Para los gordos
Para los flacos
Para los altos
Para los bajos
Para los que ríen
Para los que lloran
Para los optimistas
Para los pesimistas
Para las familias
Para los responsables
Para los vagos
Para los que trabajan
Para los que no dan palo al agua
Para los que te quieren
Para los que te quieren aún más
Para los originales
Para los no tan originales
Para los complicados
Para los sencillos
Para los que leen
Para los que escriben
Para los que se sienten sólos
Para los que se sienten acompañados
Para los primeros
Para los últimos
Para los que disfrutan
Para los que se superan cada día un poco más
Para los que participan
Para los que viven
Para nosotros
Para todos:
Feliz Navidad!